Índice
Definición
La EHS como enfermedad tiene una larga historia. Carpenter (2015) ilustra cómo los síntomas de los soldados del bloque soviético que desarrollan la entonces denominada «enfermedad del radar», una intensidad menor que la que causa los efectos térmicos, son los mismos que actualmente reportan los EHS.
Según Stein et al. (2020) la Electrosensibilidad «conocida en el pasado como síndrome de las microondas, es un síndrome clínico caracterizado por la presencia de un amplio espectro de exposición de síntomas inespecíficos en múltiples órganos que suelen incluir síntomas del sistema nervioso central, los cuales se producen tras la aguda o crónica del paciente a campos electromagnéticos en el medio ambiente o en entornos laborales. Las exposiciones repetidas dan como resultado una sensibilización y el consiguiente aumento de la respuesta (fenómeno de sumación o liquidación)».
Varios autores de investigaciones como Belpomme et al. (2020), De Luca et al. (2014), Piras et al. (2020) y los autores Belyaev et al. (2016) de la Guía para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de los problemas de salud y enfermedades relacionadas con los CEM, de la academia Europea de Medicina Ambiental, coinciden: «muchos pacientes hipersensibles parecen tener sistemas de desintoxicación deteriorados que se sobrecargan por un estrés oxidativo excesivo».
Según el informe sobre sensibilidades ambientales de perspectiva médica 2007, elaborado a petición de la comisión de Derechos Humanos de Canadá (2007):
«El impacto de las sensibilidades ambientales en el rendimiento de los trabajadores puede variar desde un efecto leve (por ejemplo, la habituación a exposiciones crónicas de tal manera que el puede rendimiento ser subóptimo, aunque no anormal) hasta un deterioro severo tal que el trabajo es imposible».
Etiopatogenia
Algunas de las investigaciones publicadas han demostrado que los campos electromagnéticos son el factor causal de los casos de EHS. Además de otras referencias, que muestran los síntomas de EHS provocados por los CEM en condiciones de doble ciego, también existen «estudios de provocación involuntarios» sobre la población general (incluidos los niños) que, aunque no han sido declarados como afectados por EHS, manifiestan constelaciones similares de síntomas en respuesta a exposiciones antropogénicas de CEM no ionizantes de distintas fuentes de Radio Frecuencia (antenas de telefonía móvil, wifi, teléfonos móviles, teléfonos inalámbricos, radares…).
Diversos estudios han demostrado una relación «dosis-respuesta», lo que incluye la exposición acumulada a largo plazo y corrobora las pruebas de causalidad.
Cientos de científicos y médicos verdaderamente independientes han firmado llamamientos a las Naciones Unidas, a la Unión Europea ya la OMS, dejando claro que sus investigaciones demuestran los efectos nocivos de los CEM, incluidos los síntomas de la EHS.
La Agencia Europea del Medio Ambiente en su último informe Lecciones tardías, alertas tempranas , alerta de los riesgos asociados a este tipo de radiación y la necesidad de aplicar el principio de precaución.
La evidencia de la sintomatología del tipo EHS en estudios que se centraron en fetos y animales, en los que las percepciones por la situación o «la creencia subjetiva» son imposibles, invalida el efecto nocebo como causa de la EHS. La mayoría de efectos encontrados en animales de experimentación, principalmente ratas y ratones, se encuentran en sistema nervioso central y encéfalo, generando problemas de aprendizaje, memoria, y comportamiento, y son altamente compatibles con los problemas descritos por personas EHS. Las comprobaciones histológicas en tejido cerebral de estos experimentos son improcedentes en humanos por evidentes limitaciones bioéticas,ya que implican el sacrificio de los animales para el estudio de tejidos del cerebro y otras partes del encéfalo y no existen hoy por hoy métodos no invasivos que puedan comprobar estos tipos de hallazgos en humanos. Sin embargo, si se encuentran alteraciones metabólicas equivalentes en estudios en personas EHS, como son el estrés oxidativo, activación de las Hsp70 y de determinados indicadores de inflamación.
Por otro lado, se ha demostrado que la mayoría de los individuos con EHS, al comienzo de sus síntomas, no tienen conocimiento sobre los efectos en la salud de los CEM no ionizantes, lo que hace imposible el efecto nocebo como causa.
Datos epidemiológicos
Actualmente, muchos pacientes con EHS son diagnosticados por una combinación de médicos generalistas y especialistas, y este número está creciendo a medida que los médicos se vuelven más conocedores de la literatura científica. El hecho de no existir el reconocimiento formal con criterios de diagnóstico de caso, tiene como consecuencia el no poder disponer de estadísticas de prevalencia, por lo que la única forma oficial de acceder a esa información son encuestas sobre población general.
Criterios diagnósticos
La codificación diagnóstica relevante que está siendo utilizada por los médicos incluye «Intolerancia Ambiental Idiopática (IEI por sus siglas en inglés)», código Z58.4 (exposición a la radiación) bajo la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10), T66 « otros efectos no especificados de causas externas: enfermedad por radiación», un equivalente al síndrome de microondas.
Se necesita tiempo para introducir más, esperamos que estén en algún momento disponible, puesto que cientos de médicos lo han solicitado.
Hasta cierto punto, toda la vida es electrosensible y los umbrales para la percepción consciente en las personas, variarán en función de la edad, el sexo y la fisiología individual. Las investigaciones realizadas tanto en la población general como en las personas con EHS revelan claramente que existe una gama mucho más amplia de sensibilidad a los CEM de lo que se suponía, y que existen subgrupos de sujetos extremadamente hipersensibles.
Múltiples estudios científicos han demostrado variaciones fisiológicas en los individuos con EHS, así como variaciones genéticas. Asimismo, se han demostrado efectos que pueden explicar la sintomatología de la EHS, tanto a nivel celular como a nivel sistémico. En una pequeña pero notable fracción de los que sufren de EHS se ha constatado: disfunción tiroidea, disfunción hepática e inflamación crónica, así como otros problemas de salud que podrían influir en el desarrollo de la EHS.
A pesar de no haber encontrado niveles significativos de metales pesados en sangre de personas EHS, su papel puede ser relevante por su acumulación en determinados tejidos (no detectables en análisis sanguíneos), tal y como se encuentra en experimentos con animales y en estudios en personas . La acumulación de metales pesados en distintos órganos y tejidos como por ejemplo el sistema nervioso central, en personas con EHS y SQM que portan polimorfismos genéticos que condicionan la capacidad de desintoxicación, puede implicar el aumento de especies reactivas al oxígeno y procesos inflamatorios. Además, hay que tener en cuenta que los metales pesados tienen la capacidad de acumularse en distintos órganos y tejidos cambiando de este modo sus dieléctricas. Y, como muestran algunas investigaciones,
Los campos electromagnéticos, al igual que muchas sustancias tóxicas, tienen la capacidad de aumentar la presencia de especies reactivas al oxígeno en distintas partes del encéfalo y también podrían influir en la activación de virus y bacterias en infecciones latentes. El estrés, ya sea de origen interno (fisiológico: infecciones, alteraciones metabólicas, intolerancias alimentarias, sobrecrecimiento bacteriano intestinal…) como externo (factores ambientales físicos o psicológicos), tienen la capacidad de aumentar la presencia de Especies Reactivas al Oxígeno, lo que en el caso de las personas EHS y SQM, viene a redundar negativamente en las partes del sistema que regulan estos procesos de forma deficiente aumentando respuestas inflamatorias, fisiológicamente inadaptadas y disminuyendo la capacidad homeostática interna.Muchas personas con electrosensibilidad, y/o diagnósticos de SQM, SFC y FM, padecerán activaciones recurrentes de infecciones por Epstein Barr, Herpes, Citomegalovirus o incluso infecciones crónicas de Borrelia y otros patógenos, lo que podría ser un factor más de estrés fisiológico interno que incide negativamente en las mismas vías metabólicas alteradas y comprometidas. Según los resultados de investigaciones en ratas, los CEM tienen capacidad de inducir estas especies Reactivas al Oxígeno.
Anamnesis
La guía de la academia de Medicina Ambiental Europea 2016 (EUROPAEM 2016 Belyaev et al. 2016) para el tratamiento de los problemas de salud relacionados con los Campos Electromagnéticos (no ionizantes) realiza unas indicaciones de cómo proceder si se sospecha de problemas de salud relacionados con los CEM y para los que plantea un esquema con pasos ordenados:
1. Historia de problemas de salud y exposición a los CEM y otros factores ambientales relacionados.
2. Exámenes médicos y determinación.
3. Medición de la exposición a los CEM.
4. Reducción y prevención de la exposición a los CEM.
5. Diagnóstico.
6. El tratamiento del paciente, incluido el medio ambiente y otros aspectos de salud.
Belyaev et al. (2016 Guía EUROPAEM), dada la alta comorbilidad con la SQM, muestra que el historial incluye muchos diversos aspectos relacionados con exposiciones ambientales que han podido estar implicados en el desarrollo de la hipersensibilidad: a pesticidas, metales, hidrocarburos, infecciones, traumas en el sistema nervioso central y problemas de autoinmunidad. Y afirman que:
« Los problemas de salud pueden variar en gravedad desde síntomas benignos y temporales, como dolores de cabeza ligeros o parestesias alrededor del oído, por ejemplo, al usar un teléfono móvil, o síntomas, en todo el cuerpo, parecidos a los de la queja después de tal vez horas algunas de exposición a los CEM, hasta síntomas graves y debilitantes que perjudican la salud física y mental. Cabe destacar que, dependiendo del estado de susceptibilidad de cada persona, los síntomas de EHS al inicio se pueden presentar de forma puntual y con el tiempo pueden aumentar en frecuencia y gravedad. Por otra parte, si una exposición perjudicial a los CEM se reduce lo suficiente, el cuerpo tiene la posibilidad de recuperarse y los síntomas EHS se disminuirán o incluso desaparecerán » .
En casos graves y avanzados entre la sintomatología se puede encontrar afectación del Sistema Nervioso Periférico con neuropatía EESS Y/o EEII (parestesias, alteraciones de la sensibilidad termoalgésica y en casos muy avanzados atrofia muscular).
La realidad de la omnipresencia de los CEM, con su rápida expansión en los últimos años, ha generado una situación en la que las personas electrosensibles cada vez tienen más dificultad para encontrar sitios bajos en radiación para vivir y trabajar, lo que tiene como consecuencia una estado de salud alterado de forma permanente y la imposibilidad de conseguir la remision total de los sintomas. Aun así, sigue siendo importante disponer de los lugares más limpios posibles porque suponen una marcada diferencia.
Exploracion física
Belyaev et al. (2016 Guía EUROPAEM) recogiendo los resultados de investigaciones hasta la fecha, proponen pruebas médicas que pueden ayudar al diagnóstico médico, buscando parámetros alterados o vulnerabilidades individuales que orientan, a su vez, parte del tratamiento.
Entre las pruebas diagnósticas básicas destaca la presión arterial y frecuencia cardíaca (frecuencia cardíaca en reposo por la mañana mientras se está en la cama), incluida la automonitorización, posiblemente varias veces al día, por ejemplo, en diferentes lugares y con un diario de síntomas durante una semana.
Pruebas complementarias
Siguiendo con la Guía EUROPAEM 2016, se mencionan las siguientes pruebas de diagnóstico adicionales:
- Monitorización de la presión sanguínea las 24 horas (ausencia de descenso nocturno).
- ECG de 24 horas (evaluación del ritmo cardíaco).
- Variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV) de 24 horas (evaluación del sistema nervioso autónomo).
- Ergometría bajo estrés físico.
- EEG de sueño en casa.
Instrumentos de medida y cuestionarios de salud
Los estudios cerebrales SPECT y Doppler de Ultrasonido Pulsado han revelado cambios en aquellos sujetos con EHS, y la RMN ha demostrado, en repetidas ocasiones, hiperconectividad en el Componente Anterior de la Red Neuronal por Defecto (RND) del área orbitofrontal media. En la actualidad, diversos médicos privados están utilizando algunas herramientas de investigación como la prueba de sensibilidad a los linfocitos, con exposición a CEM in vitro, como pruebas diagnósticas para la EHS.
En cuanto a los cuestionarios de salud cabe destacar que, en un estudio recién publicado por Piras et al. (2020) sobre el perfil metabolómico de personas EHS, se administraron tres pruebas: Cuestionario de los Cinco Grandes, Prueba del Locus de Control y Prueba del Stai-Y, demostrando que los pacientes con IEI-EMF (EHS) se caracterizan por un perfil metabolómico significativamente diferente al de los sujetos de control, donde las vías más alteradas son las que se correlacionan con la defensa del estrés oxidativo y el control del dolor.
Existe también un cuestionario bastante completo para el tratamiento de las enfermedades relacionadas con una exposición CEM, denominado Cuestionario de EUROPAEM EMF Guideline 2016 para la prevención, diagnóstico y tratamiento de problemas de salud y enfermedades relacionadas con los CEM. Se trata de una Guía de la Asociación Médica Austriaca para el diagnóstico y el tratamiento de los problemas de salud relacionados con los CEM (síndrome CEM). El cuestionario se compone de 3 niveles (nivel 1: cuestionario de bienestar personal, nivel 2: exposición al electrosmog en el hogar y nivel 3: estado de salud básico) y tiene carácter polivalente.
Clasificación
Aunque, hasta la fecha, la OMS no ha incluido a la Electrohipersensibilidad en la Clasificación Internacional de Enfermedades con un código propio, si ha incluido un apartado para registrar los daños generados por exposición a radiación de radiofrecuencia y otras radiaciones no ionizantes (Códigos W90. 0 y W90.8 en el CIE 10 vigente en España).
Además, en el año 2005 la OMS tipificó que la electrohipersensibilidad: «se caracteriza por una variedad de síntomas no específicos que difieren de un individuo a otro. Los síntomas son ciertamente reales y pueden variar mucho en su gravedad. Sea cual sea la causa, la hipersensibilidad electromagnética puede ser un problema incapacitante para la persona afectada».
Por otro lado, hay un país, Suecia, que reconoce la electrohipersensibilidad oficialmente considerándola como «discapacidad funcional» al amparo de la Carta de Discapacidad de la ONU.
Por su parte, el Parlamento Europeo en su Resolución del 2 de abril de 2009 sobre las consideraciones sanitarias relacionadas con los campos electromagnéticos, solicita a los Estados miembros que sigan «el ejemplo de Suecia y reconozcan como una discapacidad la hipersensibilidad electromagnética, con el fin de garantizar una protección adecuada e igualdad de oportunidades a las personas que la sufren».
Asimismo, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, a la que pertenece el Estado Español, instó en su Resolución 1815 del año 2011 a proteger a las personas electrohipersensibles.
Criterios terapéuticos
La base del tratamiento y el control de la enfermedad es la evitación de CEM, sustancias químicas y otros incitantes desencadenantes de los ciclos de óxido nítrico, junto con la optimización general del estado de salud.
Los sistemas apantallantes funcionan en base a propiedades físicas, muy conocidas y científicamente demostradas, como son la reflexión de las ondas en los materiales metálicos, es por este motivo que son ampliamente utilizadas en ingeniería e industria militar. La adecuada aplicación de estos sistemas es crucial para su eficacia. Este es uno de los recursos que más pueden ayudar a las personas electrosensibles: tanto los tejidos con los que confeccionar ropa, como otro tipo de formatos (pinturas apantallantes, telas, fieltros, mallas metálicas, films transparentes apantallantes para cristales, etc.) que se pueden aplicar a predes y ventanas en los espacios de los entornos de las personas electrosensibles.
Algunos especialistas ofrecen terapias adicionales con alimentación ecológica, inmunoterapia, desintoxicación, quelaciones y suplementaciones que intentan restaurar rutas metabólicas disfuncionales.